Esta festividad, que conmemora un hecho histórico sucedido en nuestro pueblo hace casi dos siglos, sigue siendo una de las citas más destacadas del invierno en la localidad

La Plaza de España ha sido el lugar en el que centenares de vecinos se han congregado al atardecer para celebrar el Día de las Almendrillas.

El origen de esta cita se remonta al año 1837, cuando una facción del ejército carlista asedió Bolaños y asesinó a 22 jóvenes del pueblo el día 3 de febrero, día de San Blas. Por este motivo y para homenajearlos, la festividad de este patrón se desplazó hasta el 4 de febrero, celebrando también el “Día de las Ánimas” en el que antaño, la Hermandad de las Ánimas pedía donativos para la celebración de misas.

El buen tiempo acompañó durante la noche del 4 de febrero, lo que animó a muchos bolañegos a participar en esta tradición tan arraigada en el pueblo, convirtiendo la Plaza de España en un punto de encuentro en el que los asistentes, podían comprar los churros que llevan vendiéndose aquí desde hace unos años y además, las típicas almendras garrapiñadas.

A pesar de las transformaciones que ha sufrido el Día de las Almendrillas a lo largo de estos casi 200 años de vida en los que se hacían actos como las dos misas celebradas en la puerta de la Iglesia de San Felipe y Santiago, y posteriormente en el Cementerio, los jóvenes continúan participando, manteniendo viva esta fiesta, y siguen haciendo “la pañolá”, regalando bolsas de frutos secos que antiguamente, se envolvían en pañuelos.