La inmigración plantea una serie de cuestiones hasta ahora desconocidas en nuestros territorios. Las diferencias culturales e idiomáticas contribuyen a que muchos de estos inmigrantes se encuentren en situaciones de exclusión o al menos de vulnerabilidad social. Esta realidad se puede hacer extensiva a minorías étnicas, que sin ser extranjeras disponen de claves culturales distintas, cuyo desconocimiento por parte de la población general constituye, a veces, un problema añadido que actúa como causa y consecuencia de la exclusión social.
De la presencia de personas de diversas culturas en un mismo espacio y tiempo, surgen una serie de problemas y situaciones complejas entre las que podríamos citar:
- Dificultades en la comunicación.
- Complejidad de la convivencia.
- Desconocimiento mutuo de los códigos de referencia culturales
Frente a estas nuevas situaciones que pueden operar en el entorno social como factores de exclusión, la intervención social ha de adoptar, cada vez con mayor intensidad, un componente mediador que se plantee como objetivo la mutua adaptación de los inmigrantes y minorías étnicas a la sociedad mayoritaria así como de dicha sociedad a los colectivos de culturas diferentes, enriqueciéndose mutuamente. Con esta acción, se persigue no solamente eliminar factores de riesgo, sino además incrementar el necesario enriquecimiento social, tendiendo cada vez más a una sociedad intercultural que asuma la Integración como una exigencia de los procesos de interacción entre una población culturalmente diversa pero que goza de los mismos derechos y obligaciones.
La mediación social, dentro del ámbito de la intervención social, se encuentra inmersa en las competencias y funciones de todos los profesionales que comparten dicha acción social, aunque en ocasiones necesitan de una acción específica que refuerce y complemente la intervención social normalizada.
La mediación social, dentro del ambito de la intervencion social, se encuentra inmersa en las competencias y funciones de todos los profesionales que comparten dicha acción social, aunque en ocasiones necesitan de una acción específica que refuerce y complemente la intervencion social normalizada.
En este sentido es por lo que cobra relevancia la figura del mediador social intercultural, como recurso integrado en la estructura de los servicios sociales generales, con la finalidad de que contribuya a mejorar la comunicación y el acercamiento mutuo, la comprensión e integración de grupos culturalmente diversos en un mismo territorio, regulando el conflicto y la adecuación interpersonal e interinstitucional, favoreciendo la autonomía de cada parte.
El Servicio de Atención y Mediación Intercultural (SAMI), pretende aglutinar a todos los profesionales en mediación social intercultural, creando una estructura regional unificada en cuanto a procedimientos y metodología de trabajo, respetando en todo momento la estructura territorial y funcional del Sistema Público de Servicios Sociales en Castilla La Mancha.
En síntesis, el servicio de atención y mediación intercultural es un recurso que pretende contribuir a una mejor comunicación, relación e integración entre personas o grupos presentes en un territorio, y pertenecientes a una o varias culturas.
USUARIOS/AS
- Personas y familias inmigrantes/minorías étnicas con dificultades de acceso a diferentes áreas de protección social, que manifiesten factores de exclusión social, necesitando, en consecuencia, una intervención adaptada para favorecer su inclusión en el medio social, a través de una intervención integral (continuada, coordinada y especializada) de diferentes recursos y servicios.
- Población autóctona en general con el fin de crear un clima favorable a la expresión de la diversidad cultural, facilitando la convivencia en los municipios.
ACTIVIDADES Y CONTENIDOS
- Captación e identificación de personas, grupos y colectivos de culturas y etnias diferentes en situación de riesgo de marginación y exclusión social asentadas en el territorio del Área de Servicios Sociales.
- Identificación y definición de factores de exclusión que, por su prevalecía en la configuración de situaciones de exclusión social, requieran de una intervención planificada de carácter socio-comunitario por parte de los Servicios Sociales.
- Colaboración en el diagnóstico social de personas y situaciones elaborado por el servicio de información, valoración y orientación, complementándolo si es preciso mediante la aportación de variables culturales.
- Participación en el diseño de itinerarios y planes de intervención social,
individual y familiar, aportando apoyo en la interpretación cultural, así como en el diseño conjunto de estrategias de intervención.
- Desarrollo de medidas y actuaciones directas con individuos, familias y grupos para facilitar el acceso a los recursos básicos, desde una “relación de ayuda” profesional.
- Acompañamiento personal y profesionalizado en acciones orientadas a la integración social y adquisición de autonomía plena de personas y familias en su entorno socio-comunitario.
- Prestación de apoyo personal y grupal ante situaciones de conflicto interpersonal, inadaptación social o dependencia que dificulten o limiten el desarrollo de la persona y grupo en su vida cotidiana y su inclusión social.
- Desarrollo de tareas complementarias de apoyo a las desarrolladas por el resto del equipo, basadas en la comunicación interpersonal, mediante técnicas de entrevista individual, dinámicas grupales y familiares.
- Desarrollo de tareas de mediación en las relaciones entre asociaciones, grupos informales y organizaciones comunitarias (personas de origen extranjero y personas autóctonas) en el contexto de proyectos e iniciativas comunes.
- Intervención directa ante situaciones de conflicto social, motivadas por diferencias culturales.
- Participación en las reuniones y actividades tanto formativas como de supervisión e intercambio de experiencias que se organicen y desarrollen por la Comunidad.